viernes, 31 de octubre de 2014

AYOTZINAPA EN EL TEATRO DE SOMBRAS

 LOS POBRES SON VÍCTIMAS DEL COLONIALISMO INTERNO, 
DE QUIENES UNA VEZ EN EL PODER MANTIENEN
ESTRUCTURAS COLONIALES DEL PASADO

Escribe 
OCTAVIO RODRÍGUEZ ARAUJO (*)
 Fuente “La Jornada” de México .
30 de Octubre 2014

(*) OCTAVIO RODRÍGUEZ ARAUJO (17 de marzo de 1941, Puebla, México) Periodista. Escritor. Es un intelectual y militante mexicano de izquierda. Especialista en política mexicana. Doctor en ciencia Política de la UNAM. Profesor emérito de la Facultad de Ciencias Políticas. Su último libro es  “Derechas y ultraderechas en el mundo”• Siglo XXI Editores. Ha dicho que: “Una cosa es la democracia en la elección de un dirigente y otra la democracia en el ejercicio del Gobierno y el Poder”

(NOTA DEL BLOG: Esta entrada y la que sigue, toman un hecho de violencia, como es la masacre de Ayotzinapa en Mexico,, que la “prensa seria” no levanta. Vale la pena reparar en esta realidad que, en distinto grado, está en toda nuestra  América Lapobre…”) En México No resuelve nada el cambio de gobernante en Guerrero, como no se ha resuelto nada en el país con la alternancia PRI-PAN-PRI. El país va de mal a peor y lo ocurrido en Iguala es sólo una macabra muestra de la
deshonestidad de los políticos del sistema, independientemente del partido al que pertenezcan. Todos ellos son cómplices del ejercicio del poder no sólo de espaldas a la población mayoritaria sino en contra de ésta. El enemigo de ese poder es la sociedad, y más todavía si protesta. La tragedia de los estudiantes normalistas y de sus familiares que viven en incertidumbre, ya que no han perdido la esperanza de que sean encontrados vivos, es una muestra de la descomposición que impera en las esferas del poder, desde el municipal hasta el nacional. Lo ocurrido en Iguala no debió pasar, pero ahí está todavía sin que conozcamos bien a bien los motivos detrás del crimen. Se sabe quiénes fueron los responsables directos pero no ha quedado claro el móvil. ¿Porque son criminales? Esto no es

explicación. El país está lleno de gente buena y de delincuentes. El problema es que éstos llevan la delantera y en su mayoría quedan impunes, pues los que tienen el poder formal para combatirlos han demostrado impericia, cuando no han sido sus propiciadores por estrategias equivocadas. Cuando se gobierna para los grandes capitales, nacionales y extranjeros, el resto de la población es visto como complemento y a veces como prescindible: mano de obra, en el mejor de los casos. Por lo mismo, los pobres no sólo son la negación sistemática del otro, sino las víctimas de un poder dedicado a privar al otro de todo atributo de humanidad (recordando a Frantz Fanon). Tolerados pero


incómodos, y todavía peor: carne de cañón, es decir, a quienes, por pobres, se les expone sin contemplaciones a sufrir cualquier clase de daño, incluso la muerte. Los pobres, diría Pablo González Casanova, son las víctimas preferentes del colonialismo interno, de aquellos que una vez en el poder mantienen y renuevan las estructuras coloniales del pasado para evitar que esos mismos pobres traten de emanciparse y alcanzar su realización en un mundo crecientemente desigual. Los principales partidos políticos tienen mucha de la culpa de lo que es el país en la


actualidad; pero no por ser partidos, sino porque sus bases están compuestas en mayoría por asimilados, es decir, por militantes o afiliados que no los usan sino que son usados. Se habla de democracia, pero esas bases no la exigen en el interior de sus organizaciones, les ceden su soberanía personal y colectiva a sus dirigentes y luego los obedecen como si fueran sus empleados o soldados de un ejército civil. La democracia en un régimen de representación política debe empezar por las mismas organizaciones que contienden por el poder.    (…ir al análisis completo)




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