EN
EL ESCENARIO MUNDIAL LAS CLASES DOMINANTES ESTARIAN
EMPUJANDO A LAS SOCIEDADES DE RETORNO
HACIA EL SIGLO XIX,
A
TRAVÉS DE LA DESMODERNIZACIÓN Y LA DESDEMOCRATIZACIÓN,
IMPULSANDO UNA FUERTE RECONCENTRACIÓN DEL
PODER GLOBAL
Escribe
RAÚL ZIBECHI (*)
Fuente
“La Jornada” de México
Viernes 2 de
Octubre 2015
(*) RAÚL ZIBECHI- (Uruguay,Montevideo
1952) Periodista, escritor y
pensador-activista uruguayo, dedicado al trabajo con movimientos sociales Analista internacional en Red Voltaire. Logró
en 2003 Premio José Martí y el Premio Tata Vasco 2014, por la Universidad
Iberoamericana en Puebla Publica en “La
Jornada” de Mexico y diversos medios de prensa alternativa en el continente y el exterior. Entre otros,
autor de “Los movimientos sociales latinoamericanos: tendencias y desafíos” (Ed
OSAL),Incursiona en una visión panorámica sobre las luchas sociales en nuestra
América. Profesor
en “Multiversidad Franciscana” de América Latina. Como educador popular realiza talleres.
La estrepitosa caída en los precios de las
materias primas cierra un
ciclo económico, pero también político. La ilusión de
que se tratara de un declive momentáneo va cediendo ante la convicción de que
los bajos precios pueden arrastrarse durante un buen tiempo, hasta 20 años
según especialistas citados por Bloomberg (http://goo.gl/fAFktC ).Las razones de tal
declive son discutibles. Hay quienes atribuyen la caída del precio del petróleo
a una maniobra de Estados Unidos para afectar a Rusia, Venezuela e Irán,
mientras otros sostienen que es impulsada por la
monarquía saudita para
inviabilizar la extracción por fracking en aquel país, que amenaza desplazarla
como primer productor global. La menor demanda de China es la explicación más
plausible sobre la caída de otras mercancías, sin descartar la impronta de la
especulación financiera con todas las commodities.
Lo cierto es que el índice del precio de las
commodities elaborado por Bloomberg, que incluye oro, petróleo y soya, ha caído
a la mitad desde su máximo histórico del primer semestre de 2011. La
multinacional Glencore-Xstrata, que controla la mayor parte de la producción de
minerales y de granos en el mundo, registra pérdidas en la bolsa de Londres
superiores a 30 por ciento en las
últimas semanas, totalizando una caída de 74 por
ciento en lo que va de este año (http://goo.gl/HTi1Wu).
Otras multinacionales del sector enfrentan situaciones similares. En América
Latina este cambio de ciclo anticipa graves problemas y algunas oportunidades.
Todos los países enfrentan dificultades fiscales y comerciales que los llevan a
reducir los presupuestos del Estado y el gasto público.
En algunos países, como Ecuador, se contempla
una reducción de 5 por ciento del gasto, y el presupuesto del próximo año se
calculará con una base de 40 dólares en el precio del petróleo. Como señala el
economista ecuatoriano Carlos Larrea en reciente entrevista, todo esto está
bien, pero el problema es que es insuficiente. Esto sería una muy buena
estrategia si es que tenemos una recuperación de los precios
del petróleo pronto, pero si eso no se da, como es bastante probable, entonces esta estrategia no funciona (http://goo.gl/LFzxYV ).El nuevo ciclo económico ya está afectando las políticas sociales que fueron posibles gracias a los superávit por los altos precios de las exportaciones. En varios países, como el propio Ecuador, ya hubo reducción de funcionarios estatales.
En Brasil se aplica un ajuste fiscal que, en opinión del economista
Eduardo Fagnani en la revista IHUOnline de septiembre, está provocando una grave regresión social (http://goo.gl/D9D4oq). En opinión de muchos economistas la mejor política social es el empleo. En Brasil el salario mínimo creció 70 por ciento por encima de la inflación en la última década y el desempleo llegó a mínimos de 4.8 por ciento en diciembre de 2014. Pero hoy ya se sitúa en 7.5 por ciento (8.6 millones de desocupados) y se estima que finalizará el año en 9 o 10 por ciento. En los demás países comienzan a erosionarse los índices
sociales, aún de forma lenta, con aumentos en los niveles de desocupación y pobreza. Estos son, muy someramente, algunos de los problemas derivados del cambio en el ciclo económico que se agudizarán si, como todo indica, la Reserva Federal de Estados Unidos eleva las tasas de interés en los próximos meses.
Estamos ante una crisis que puede tomar dos
direcciones: ajustes fiscales o cuestionamiento del modelo extractivo. En el
primer caso, los gobiernos sufrirán una fuerte erosión de sus bases de apoyo,
ya que buena parte de los sectores populares que los llevaron al gobierno
comenzarán a desertar. Unos pueden intentar retomar la movilización para
presionar por sus demandas, pero otros pueden apostar por partidos
conservadores y de derecha. Algo así parece estar sucediendo en Brasil, donde
el ajuste que impone el gobierno de Dilma Rousseff ha provocado un agudo
descenso de su popularidad, que cayó hasta 7 por ciento del electorado.
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