AUNQUE PUERTO RICO ELIGE SU GOBIERNO QUIEN MANDA
ES WASHINGTON. LA COLONIA TIENE UN SOLO DELEGADO
FEDERAL QUE TIENE VOZ, PERO NO VOTO EN EL CONGRESO
Escribe
DAVID BROOK (*)
Fuente
“La Jornada” de México
(*)
DAVID BROOKS (Toronto, 1961), periodista y escritor canadiense-estadounidense
especializado en política. Escribe en el New York Times y en dPBS. Corresponsal
de “La Jornada” de México en EE UU. Responsable de la página editorial del Wall
Street Journal, y del Weekly Standard . Autor entre otros de:”En el Paraíso Drive: ¿Cómo vivimos
ahora” (2004), “Bobos in Paradise: La
nueva clase superior y cómo llegaron allí” (2000) y “El Animal Social” (2011),
grandes éxitos editoriales.
La crisis económica generada por la
impagable deuda del estado libre
asociado de Puerto Rico tiene consecuencias
parecidas a las de otros países que batallan contra el poder financiero
internacional, con recetas draconianas de austeridad que cargan los costos
sobre las mayorías pobres en beneficio de los intereses más ricos del planeta. A
principios del mes pasado, el gobernador de la isla, Alejandro Gracia Padilla,
presentó su propuesta para enfrentar la crisis de de
una deuda de 72 mil
millones de dólares, la cual calificó a principios de año de impagable.
Cuando Puerto Rico incumplió el
servicio de la deuda, la primera vez en la historia de más de un siglo como
colonia, superó el mayor default municipal en la historia de Estados Unidos. Pero
a diferencia de otras naciones en crisis, ésta tiene dos aspectos particulares:
se trata de un país sin soberanía nacional y sus habitantes sí pueden incidir
directamente en la política estadunidense, incluso hasta ser un factor
determinante en
las elecciones presidenciales. Puerto Rico ha sido posesión
estadunidense durante 117 años, y el gran debate sobre si debería de ser país
independiente o ser una estrella más en la bandera estadunidense (o sea un
estado) no ha sido solucionado, a pesar de heroicas batallas y movimientos, con
famosos independentistas que han dado su vida o que han sido prisioneros
políticos de Estados Unidos.
Aunque Puerto Rico elige a sus
gobernador y otros puestos locales, quienes mandan sobre los asuntos cotidianos
de la isla, toda decisión
fundamental –política, fiscal, comercio y asistencia
social– tiene que pasar por Washington, donde la colonia está representada con
un solo delegado federal que tiene voz, pero no voto en el Congreso Por ello, a
diferencia de Grecia, no tiene el poder para definir su destino por decisión de
su pueblo. A la vez, sus habitantes sí tienen derechos como ciudadanos
estadunidenses, incluyendo el del voto en las elecciones generales. La
creciente crisis ha causado la migración de cientos de miles de puertorriqueños
a Estados Unidos.
Pero los refugiados de esta
crisis tienen algo que otros migrantes no
: voz y voto en las elecciones
generales de Estados Unidos. Dado que la gran mayoría se ha establecido en
Florida, resulta que están en medio de uno de los dos estados claves en el mapa
electoral nacional de este país.Tanto el voto por Puerto Rico como su diáspora
es parte de la razón que la pequeña isla capta la atención de políticos
nacionales, incluyendo los candidatos presidenciales, entre ellos Hillary
Clinton, Bernie Sanders y Marco Rubio.Por todo esto, la pugna
sobre la crisis
económica de Puerto Rico tiene implicaciones tanto para la isla como para
Washington y Wall Street.
Como siempre en estos casos, la
crisis es resultado de la acumulación de deuda (sobre todo bonos) a lo largo de
años para solventar crecientes déficits provocados
por condiciones económicas
en deterioro, fuga de inversiones y competencia (salarios aun más baratos,
incentivos fiscales) a otros países de la cuenca del Caribe, y todo agravado por
la recesión de 2006. De hecho, la deuda de la isla se incrementó 64 por ciento
desde 2006. Los bonos eran muy atractivos para inversionistas porque son
exentos de impuestos de todo tipo. La propuesta del gobernador –el Plan de
Crecimiento Económico y Fiscal– se enfoca en medidas para aliviar la deuda y un
recorte drástico del gasto público.
Tiene dos elementos centrales: establecer una
junta de control financiero con amplios poderes sobre el presupuesto y una
reestructuración de la deuda de casi 72 mil millones, además de promover las
llamadas reformas estructurales.
Por una peculiar enmienda a una ley federal hace 30 años Puerto Rico, a diferencia de otras entidades públicas estadunidenses (estados, municipios, empresas públicas) no tiene el recurso de la bancarrota legal (que obliga a todos los acreedores a aceptar una reestructuración de la deuda), muchos argumentan que
el primer paso necesario
para el Congreso es otorgar ese recurso legal a la isla. Por una peculiar enmienda a una ley federal hace 30 años Puerto Rico, a diferencia de otras entidades públicas estadunidenses (estados, municipios, empresas públicas) no tiene el recurso de la bancarrota legal (que obliga a todos los acreedores a aceptar una reestructuración de la deuda), muchos argumentan que
Sin eso, argumenta su delegado
federal, Pedro Pierluisi, junto con varios expertos que incluso han presentado
ese argumento en artículos de opinión en el New York Times y otros diarios, no
hay solución duradera. Sin embargo, con la siempre complicada y supuestamente
elegante lógica de este tipo de argumentos, este tipo de propuestas –y por el
momento no hay otras– implican lo que casi todo país latinoamericano conoce
bien: austeridad severa para las mayorías, mientras los más ricos y las grandes
empresas salen casi gratis de todo esto. Agrupaciones sociales y políticos de
oposición han manifestado su grave preocupación de que los costos de la crisis
no sean compartidos, y que los trabajadores y los pobres paguen la cuenta.
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